El poeta es un fingidor.
Disimula tan convincente
que aparenta que es mayor
el dolor que de veras siente.
Y quienes leen lo que escribe,
se emocionan ante el dolor leído,
no por lo que sufre el poeta,
sino por lo que ellos han sufrido.
Así avanza entre el barro
ignorando a la razón,
su desgastado carro
llamado corazón.
F.Pessoa (versión de J.Ortega)
Poema dedicado a Julio, Pepe, Chus y Javi por sus comentarios